Otro efecto derivado de la disminución de la actividad económica será la recuperación de la cartera de cuentas por cobrar.
Un tema a abordar de manera inmediata es hacer contacto con los clientes en cuanto sea posible para ir midiendo la capacidad de pago que van a tener, de una manera clara y solidaria, para poder considerar lo siguiente:
- Ampliación de plazos de pago, para evitar en lo máximo la posible irrecuperabilidad, ofreciendo planes flexibles hasta donde sea posible.
- Considerar la posibilidad de hacer descuentos por pagos oportunos, como apoyo solidario con nuestros clientes, pero principalmente buscando no perder la liquidez necesaria.
- Tener una certeza razonable del monto a recuperar por cada mes que viene, con el propósito de establecer el cash flow suficiente para cubrir las obligaciones en los siguientes periodos.
- Invariablemente como resultado de lo anterior, tendremos indicadores de montos que posiblemente no sean recuperados en el corto plazo e incluso durante el primer semestre de 2021, debiendo hacer la estimación de la pérdida crediticia esperada (conocida aún como estimación de cuentas de cobro dudoso), debiendo proceder a su registro y reporte inmediato a la Dirección.
- Considerar rl poder descontar las facturas a cobro a través del factoraje financiero, comparando el costo financiero de hacerlo, frente al costo de probable riesgo de incobrabilidad.
Hay que estar atentos a las necesidades de información de las entidades, porque hoy más que nunca se requiere de información objetiva, oportuna y confiable, para poder establecer medidas para mitigar al máximo el riesgo de incobrabilidad, y de estrategias de sobrevivencia de las empresas.
Seguiremos con el análisis del impacto financiero en las empresas derivado de nuestra nueva realidad.