Derivado de la doble crisis que estamos padeciendo, la de salud y la económica, debemos utilizar la información financiera para ir identificando el impacto que hay en las empresas, no vaya a ser que en 2021 al presentar la anual la autoridad hacendaria quiera rechazar deducciones e incluso pérdidas por no ser estrictamente indispensables o por operaciones inexistentes, respectivamente.
Hay gastos que se están realizando en torno a la contención del contagio en las empresas, como cubre bocas, gel antibacterial, cloro (en algunas empresas han implementado fumigación diaria con base en el uso del cloro), guantes, lentes, termómetros, en fin, diversidad de gastos que no habrían sido realizados de no haber la contingencia.
Recomiendo abrir cuentas nuevas para registrar y tener identificados estos tipos de transacciones, para que nos sirvan al momento de informar en las balanzas a enviar al SAT, en los estados financieros y sus notas, y en caso de revisiones por parte de la autoridad, para soportar su origen y necesidad.
Podríamos utilizar la cuenta de otros gastos, sub cuenta Contingencia Sanitaria, y una sub cuenta por cada tipo de erogación.
Si su saldo al final del 2020 es relativamente importante respecto a los del año, con base en la opción establecida en la NIF B-3, presentarse por separado de los gastos generales, de lo contrario, se incluiría en los gastos de administración con su revelación correspondiente.
Para efectos de la contabilidad electrónica, iremos reportando en esa cuenta de otros gastos el efecto de esta contingencia.
Y recuerda, es importante tener documentada cualquier transacción fuera de lo típico en años anteriores, contratos, órdenes de compra, recepción de materiales, bitácoras de uso, y todo lo que pueda servir para soportar la materialidad, porque aunque seamos inocentes, la autoridad tiene la misión imperiosa de recaudar.