Uno pensaría que por la situación económica del país y de las empresas se estuviera recaudando menos impuestos, pero la realidad es que se recabo más de lo que se había programado; o sea, hubo una mayor recaudación de impuestos en el primer trimestre del año. ¿A qué se debe esto? Pues en gran parte a la “nueva” normalidad tributaria que apenas empieza a despegar y se acrecentará en los próximos meses, una mejor fiscalización siendo reflejados ya en un incremento en las multas fiscales derivadas de correcciones fiscales, recuperación de créditos fiscales y el combate a las “facturas falsas”. Uno de los objetivos principales es incrementar la recaudación tributaria en proporción del PIB y México es de los que menos recauda: apenas del 16.1% acorde a datos de OCDE.
Los ingresos tributarios en el primer trimestre sumaron 1 billón 4 mil 729 mdp representando 48 mil 214 mdp más de lo programado para 2020 con un crecimiento del 13.3% respecto al 2019; aumentando los ingresos por auditoría fiscal dirigido en mayor parte a los grandes contribuyentes.
El “A, B, C” del SAT (Aumentar la eficiencia, Bajar la evasión y elusión fiscal y Combatir la corrupción) está dando frutos y apuntalándose con la reforma fiscal para este 2020 del cual ya se han “habilitado” (delegando facultades) a los funcionarios fiscales de acuerdo a la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del 29 de abril del 2020 donde se dan, entre otros: suspender sellos digitales (poder facturar), actos y procedimientos en 5-A CFF (la razón de negocios), facultades del 27 CFF (validar domicilios fiscales-id), emplear documentación de terceros colaboradores fiscales (información proveniente del soplón fiscal), visitar a los asesores fiscales (esquemas reportables-estrategias fiscales agresivas), realizar verificaciones en tiempo real, entre otros. De esta “ampliación” de facultades se prevé una mayor fiscalización pero en realidad es el aterrizar la reforma fiscal 2020; por lo que la fiscalización “fuerte” está apenas por venir.
Uno de estos elementos será la restricción temporal de los sellos digitales con los que el contribuyente puede facturar; donde con la reforma al CFF y la resolución miscelánea se amplía el espectro de que hasta que no corrijan su situación fiscal, no podrán facturar. Así como cerrarles la llave de poder facturar a los que trafican con comprobantes fiscales o son consideradas como parte de ese grupo delincuencial.
Con lo anterior, prácticamente se le da banderazo de inicio a la aplicación de la reforma fiscal del 2020 significando una mejor y mayor recaudación acompañado de una eficiencia en la misma al buscar combatir la elusión y evasión fiscal; siendo una de ellas el combate al tráfico de comprobantes fiscales al aplicar la nueva política fiscal criminal a los factureros. Debemos mencionar que el periodo que establecía el Código Fiscal de la Federación (CFF) en su transitorio que abarcaba el primer trimestre del año ya feneció y la Procuraduría Fiscal de la Federación ya tiene lista las primeras querellas contra empresas fantasmas y quienes atenten a la seguridad nacional al ser considerados como enemigos de la nación.
Además, con la “regularización” del IVA a las plataformas digitales al no ser un nuevo impuesto pero que a partir de junio algunas plataformas subirán el precio de sus servicios al incluir este impuesto como parte de su costo al usuario (no todos) dejará un buen monto de recaudación extra en IVA. Se espera que la recaudación tributaria no sufra el “bache fiscal” que ha sido esperado también del porque no se da la condonación, estímulos o algún beneficio fiscal: tanto como el patrón de gastos de las familias y empresas se redirigieron, así también de manera fiscal unas empresas obtuvieron mayores ventas que se contraponen contra las que no obtuvieron ventas; como por ejemplo las que tienen que ver con higiene, medicamentos, de seguridad y parte del sector alimentos.
Al tener un pico de ventas tales sectores, es de lógica y procedimiento fiscal que el impuesto será mayor (atípico) en esta temporada y los que no tuvieron ventas al no tener base de impuestos pues resulta cero a pagar ¿Qué afectación existe? Obviamente la parte del flujo es la que se considera pero de condonar o dar estímulos fiscales hay de dos: en la parte de recaudación se estaría beneficiando a aquellos que se vieron “favorecidos” (por decirlo de alguna manera) por incremento en sus ventas y la segunda que está previendo el gobierno, podría generar un agujero mayor al esperado al presupuesto y un mayor nivel de endeudamiento en materia de finanzas públicas. Y le sumamos que se espera que solo el efecto sea momentáneo por la situación de la pandemia.
Por lo que las empresas están en una situación de afectación de flujos, siendo lo primero que llevan a cabo son recortes y despido a su personal; de ahí el alto nivel de desempleo que se está dando y por eso la urgencia de reactivar la economía. El problema de la liquidez y el desempleo tendrán un impacto en la recaudación obviamente pero este se buscara subsanar; independientemente de esta situación las políticas monetarias de países (incluyendo a México) ha sido bajar sus tasas de intereses y algunos hasta ya piensan en ser tasas negativas. BANXICO esta semana ya bajo del esperado 6% ubicándose en un 5.5% pudiendo ser aún mayor en los siguientes meses generando salidas de capitales y ahuyentado (aun mas) la inversión, por lo que el librito indica que se deben dar estímulos fiscales en las economías y México no es la excepción… pero al parecer no lo hará debido a que no se tiene espacio para darlo y en su política no está contemplado dar tales.
La nueva normalidad tributaria se dará con un fortalecimiento a los ingresos vía fiscalización y echando a andar la reforma fiscal del 2020 reflejando sus frutos en las finanzas públicas del país con el atenuante de la desaceleración económica que estamos atravesando. La situación de las Finanzas Públicas donde se prevé una baja al cierre de año en los ingresos del gobierno ha impulsado a buscar modificar el presupuesto, por lo que el no bajar la recaudación fiscal se ha vuelto “esencial”. Y de darse esta “nueva normalidad tributaria” lo que nos dejara esta pandemia es si se rediseña el entorno fiscal, desde la hacienda pública, el pacto fiscal, los impuestos y la manera de recaudarse: ¿Subir el IVA? ¿Bajar el ISR? ¿Ampliar combate a estrategias fiscales? ¿Un seguro de desempleo? ¿Seguridad social? ¿Pensiones? Etc. se podría plantear en 2021 la tan ya comentada Reforma Fiscal y Social que México necesita pero es necesario voltear el efecto del sector informal.
El efecto económico se verá una vez que se dé la reorientación del gasto público y en la IP. Al tiempo.