(222) 237-2536 y 237-2234
Si tienes un activo totalmente depreciado, pero sigue en uso, es claro indicio que has calculado la depreciación de manera incorrecta, porque usaste tasas fiscales como lo dicta la tradición.
¿Cuál es el efecto?
Que tienes un valor del activo fijo menor del real, un capital contable menor, razones financieras menos favorables, márgenes de utilidad inferiores a los reales, e incluso dividendos que los accionistas no pudieron llevarse por sólo un registro contable inadecuado y que pareciera ser poco importante.
El tema ahora es ¿cómo corregirlo?
Deberás calcular la depreciación con base en la norma contable desde origen, comparar con lo registrado y ajustar la diferencia.
El ajuste será:
CARGO: Depreciación acumulada
CREDITO: Resultados de ejercicios anteriores.
¿Por qué a resultados de ejercicios anteriores?
Porque el error afectó al pasado de la entidad, y para corregir el presente, tenemos que corregir el pasado, es lo que llamo “exorcismo contable”.
¿Qué beneficios tenemos de hacer esta corrección?
Generar información apegada a la realidad del negocio, no generar utilidades bajas o perdidas en los periodos, y en caso de requerir financiamiento, una mejor carta de presentación.
¿Y qué efectos negativos hay?
Que tengamos que levantar la mano y decir que nos equivocamos, que corregiremos años anteriores y que mencionemos en las notas a los estados financieros qué estuvo mal y cómo se corrigió.
¿Tengo que presentar declaraciones complementarias?
No, al no tener efecto en la situación fiscal del contribuyente.
¿En dónde veo más detalle de este tipo de situaciones?
En la NIF B-1, en donde en la sección de corrección de errores encontrarás el fundamento técnico contable que te oriente en el qué hacer para corregir.
La pregunta es, si ya sabes que has venido calculando mal la depreciación…
¿Lo vas a corregir como debe ser?
¿Borrón y cuenta nueva a partir de hoy?
¿O simplemente seguimos igual?
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