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¿Habrá Reforma Fiscal 2023? - 1616 Visitas

Estamos a días de que se dé a conocer el Paquete Económico para el ejercicio 2023 (8 de septiembre) y comienzan las expectativas de si habrá (o no) reforma fiscal para el siguiente año. Hay varios escenarios con los que contamos hoy en día dada las reformas tributarias que se están dando en otros países (como Colombia y Chile, por ejemplo), también por recomendaciones de la OCDE y del FMI (que México ya ha implementado algunos) y la situación de política actual es viable en comparación con otros años previendo que del 2023 al 2024 ya serán años electorales.

Una de estas, también es que no habría tal reforma, pero se acrecentarían los actos de fiscalización los cuales, le han dado resultados a la autoridad fiscal de acuerdo con el último informe tributario y de gestión al segundo trimestre del 2022 donde se observa que han dado frutos las estrategias de recaudación; con incrementos de más de un 13% en comparación con el 2021 (mismo periodo) y de un 88% al compararlo con el ejercicio 2018. Lo anterior debido a revisiones a Grandes Contribuyentes (que aportan casi la mitad de la recaudación), los actos de fiscalización y recaudación donde tal eficiencia se refleja en programas como de cumplimiento de obligaciones, vigilancia profunda y de cobranza coactiva.

Esto es, que sin hacer una reforma fiscal se estaría recaudando más que en años anteriores. Las facultades de gestión con los que cuenta la autoridad fiscal han dado éxito: correos electrónicos, revisiones profundas, cartas invitación, entrevistas virtuales, mensajes, etc. destacando que los anteriores actos no son facultades de comprobación y por lo tanto no hay multas ni créditos fiscales… pero de no atenderlos, es probable que se vuelvan ya auditorías electrónicas, visitas domiciliarias, revisiones de gabinete, o sea, ya actos de molestia al contribuyente donde luego los accesorios (multas, recargos y actualizaciones) son mayores incluso, al crédito fiscal (deuda original de impuestos). Por lo que es recomendable atender tales y acercarse con un especialista.

Otra propuesta es eliminar deducciones (incluidas las personales) así como ciertas exenciones y estímulos. Hay estudios donde se observa que los principales sectores que más utilizan tales deducciones son los de mayor decil en México (los de mayor capacidad económica). Por ejemplo, se cuenta con la exención de la venta de casa habitación (700 mil udis, aproximadamente 5 millones de pesos) las ocupan los de mayor capacidad económica (último decil) o sea, los más ricos. Según Fundar, Centro de Análisis e Investigación A. C. sólo el 10% de la población más rica percibe tres cuartas partes de los ingresos generados por enajenación de vivienda; así como acorde a los datos de declaraciones fiscales, 66% del total de ingresos por enajenación de bienes se concentran sólo en el 1% más rico, y, el nivel de la exención se traduce en la reducción de la base gravable en cuanto sólo 3% de las viviendas tienen un precio mayor a la exención.

Y podríamos continuar: gastos médicos, deducción (estímulo) por colegiaturas, herencias, legados, donativos, generando pérdidas recaudatorias de varios millones de pesos; conforme al Documento de renuncias recaudatorias de la autoridad fiscal. Lo anterior se le podría adicionar el incluir más rangos a la tarifa de impuesto sobre la renta (ISR) para personas físicas de pasar de un 35% a un 45%. Por lo que en un tema de progresividad pudiera existir espacio para ajustar el ISR recordando que la pandemia ha vuelto a los que tienen más, más ricos y a los que tiene menos, más pobres.

Un asunto de estudio social y de desigualdad muy interesante dada la distribución que se requeriría en este escenario post pandémico. El ultimo es seguir ajustando y apostando con las figuras “nuevas” que se cuentan como el Régimen Simplificado de Confianza (RESICO) con apenas 176 mil de personas morales y de casi 2 millones y medio de personas físicas dejando una recaudación menor del 1% – todavía al día de hoy se sigue ajustando vía resolución miscelánea -; la entrada en vigor (ya oficial, sin prorroga ni convivencias) del CFDI 4.0 con los cruces de información que están ya generando resultados debido a la explotación de datos; las figuras de esquemas reportables y razón de negocios que apenas se están dando en algunos primeros casos (muy dirigidos y en operaciones especiales); reformas BEPS y recomendaciones OCDE (los impuestos mínimos globales y economía de opción); y los tradicionales combates al tráfico de comprobantes (operaciones inexistentes) y su “similar” simulación de actos jurídicos. Todo acrecentado para contrarrestar esquemas de elusión y evasión fiscal.

El IVA y el IESPS probablemente continúen sin tener grandes cambios, como han sucedido estos últimos años que prácticamente han sido de aclaraciones y correcciones (por tesis y contradicciones). Esta carrera que inicio en el mes de abril de este año con la entrega de los “Pre-criterios económicos” y que las variables ahí plasmadas ya son muy distintas al entorno actual; por lo que será de mucho estudio este Paquete Económico para el 2023 ¿Estamos listos?

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