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Ser Humano, es ser humano - 3859 Visitas

¿Quién de ustedes es adoptado? En ocasiones lanzo esta pregunta a mis alumnos en el salón de clase; Obviamente se hace un silencio profundo y sus miradas se entre conectan como para poder entender la razón de la pregunta; finalmente voltean a verme y sin más, sus ojos contestan por si solos que ninguno, o bien, que ninguno sabe que lo es. ¡Claro! puesto que la publicidad y los medios de comunicación se han encargado de hacer sentir,  que el ser adoptado es una vergüenza.

Basta con recordar esos diálogos de las novelas en donde la villana le gritaba a la virginal protagonista – Eres una recogida- O nosotros mismos a nuestros hermanos menores les hemos dicho, – A ti, te encontramos en un bote de basura – Sin embargo; y a modo de no ser un comentario chusco; es importante que fomentemos en nuestra cultura mexicana la opción de la adopción; pero no solo en la necesidad de desearlo para perpetuar nuestro deseo ontológico de la posteridad, sino de exigirlo como derecho, en forma independiente de las preferencias sexuales de los futuros padres.

La razón más importante, es que esta exigencia al gobierno se convierta en un acto de complicidad y humanismos para aquellos pequeños mexicanos, a los que la vida les ha negado la posibilidad de un hogar.

Resalto, ¡pequeños mexicanos! porque parece que cuando los vemos en las calles mendigando se nos olvida que a ellos, nos une una misma Patria. El monumento a la madre patria no puede bajar y cobijarlos, puesto que es de piedra y cemento, así es  nuestra actitud sorda, esquiva ante ellos, de piedra y cemento.

De joven aprendí de una gran mujer que si la vida te coloca en una posición, debes ayudar aunque sea al de al lado; que esa, es nuestra misión.

Enseñar bajo nuestro liderazgo que la adopción es además de un acto de amor  un acto de complicidad con México; cuyo propósito es hacer que las futuras generaciones puedan construir una patria solidaria y responsable de sí  misma, que la buena voluntad no sea un lenguaje utópico sino una realidad constante y progresiva.

No olvidemos que “Un soldado en cada hijo te dio” Y esos hijos abandonados en las calles a merced del frío, del hambre y de las miserias humanas, nunca aprenderán a luchar por un México libre. Porque el Ser humano, es precisamente eso, ser humano.

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