(222) 237-2536 y 237-2234
La novedad en la declaración anual para las personas morales por el año fiscal del 2022 fue el cambio de formato que hasta el 2021 se usó respecto al balance general y estado de resultados.
Para la declaración anual del 2022 se incluyó la estructura del estado de situación financiera y del estado de resultados basados en las NIF B-6 Estado de Situación Financiera y la NIF B-3 Estado de Resultado Integral sin embargo, la autoridad no respetó al 100% las agrupaciones de la norma financiera, haciendo adecuaciones en algunas de ellas y cometiendo errores técnicos en otras que, de conformidad con la respuesta enviada por el SAT al IMCP en donde menciona que lo considerará para la declaración anual del 2023.
Además de este cambio de formato, agregó los estados de flujo de efectivo y de cambios en el capital contable, que para muchos fue un verdadero acto de molestia, primero porque no se estaba acostumbrado a realizar estos estados financieros que al final representaron un fuerte reto, y segundo, por la deficiencia del aplicativo en su llenado.
Navegando en redes sociales, me encontré con un comentario que voy a transcribir textualmente pero sin afán de denostar, pero si de compartir mi opinión profesional y personal al respecto.
El comentario es el siguiente:
“El SAT complico mucho con el llenado del estado de flujo y el de variaciones. Son innecesarios pues no estas dictaminando y son estados financieros. El SAT busca recaudar impuestos (fiscal) para que quiere esos estados innecesarios. Mal por la SHCP. Colegio de contadores de Mexico, el IMEF, y otroa no dijeron nada.”
Mi opinión al respecto es la siguiente:
Los estados financieros NO son exclusivamente para quienes se dictaminan para efectos fiscales y que se presentan en el SIPRED, que por cierto, son preparados por los auditores externos, motivo por el cual los Contadores pierden la habilidad de elaborarlos al ni siquiera revisarlos.
El estado de flujos de efectivo, además de decirle a la autoridad cómo se genera el dinero en la operación, inversión y financiamiento del negocio, deben tener congruencia con los CFDI emitidos bajo PUE y los complementos de pago de los CFDI emitidos con PPD, que son los que el contribuyente manifiesta al SAT que generan flujo de efectivo para efectos fiscales.
Así como tener congruencia con las declaraciones mensuales de IVA, en donde se manifiesta ese flujo de las operaciones.
Y comento que deben tener congruencia, porque no van a coincidir plenamente.
Por otro lado, el Estado de Cambios en el Capital Contable sirve para ver incrementos de capital por los cuales la autoridad busca revisar por su materialidad y origen del dinero, así como el pago de dividendos y sus efectos de retención de ISR.
Además, las aportaciones de capital deben ser congruentes con la determinación de la CUCA.
Por lo tanto, los 4 estados financieros en su conjunto ayudan a la autoridad a tener más información para poder realizar sus actividades de recaudación y verificación del cumplimiento de obligaciones fiscales.
Por cierto, los problemas para llenar esta sección no se derivaron de problemas de procesamiento del aplicativo, sino porque no se tenía idea clara de qué incluir en cada concepto, esto debido a la falta de conocimiento de las Normas de Información Financiera en donde están las respuestas a sus inquietudes respecto a qué incluir o en dónde poner ciertas cifras.
El problema real es, que al no estar acostumbrados a prepararlos y a analizarlos bajo un enfoque fiscal, no se tiene claro su uso y alcance.
Lo financiero sirve de mucho para lo fiscal, y esto llegó para quedarse, así que más vale cambiar de visión y trabajar en consecuencia.
Deberíamos considerar esta crisis como punto de partida para empezar a hacer algo diferente como parte del ejercicio de la profesión, pero el estar dependiendo de lo que pida o no el SAT nos ha evitado ver y cubrir las expectativas que los empresarios tienen de nuestros servicios.
Un reto de este 2023 que llegó para quedarse.
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