VER TODAS LAS PUBLICACIONES
Compartir Artílculo:

Vivirlo para Poderlo Contar – Primera Parte - 1339 Visitas

A manera de introducción
La narrativa por lo general se limita a un estilo literario que se relaciona con el cuento, la novela y otros relatos, sin embargo, la narrativa es mucho más, en ella se incorpora el pensamiento y la acción de los seres humanos y a través de ésta, podemos reflexionar y tomar conciencia del quehacer, en especial en temas de la Administración.

A partir de este número, tendremos una secuencia de narrativas en donde queremos narrarles historias reales que tienen una importancia en el trasfondo del comportamiento de las organizaciones en la cual ustedes serán los mejores intérpretes, ojalá les agrade.

El que paga manda
Seguramente usted ha escuchado esta aseveración, en esta frase se le impone un valor incalculable al dinero, no a la razón. Hace unos años fui contratado por una universidad privada para impartir un curso sobre temas de actualidad en la Administración de Recursos Humanos para el personal de Recursos Humanos de esa empresa. Algunas personas tienen la firme convicción de que las universidades están fuera de la realidad y fantasean permanentemente con la teoría, en verdad, el error es grande, no hay nada más práctico que una buena teoría, pero ese tema lo dejamos para otra ocasión.

La historia se desarrolla en una empresa cementera quien era la patrocinadora del curso y tenía como objetivo “poner al día” en tecnología a su personal, los participantes eran empleados, profesionales y directivos del área de Recursos Humanos de diferentes niveles; a lo largo del curso intercambiamos los más recientes avances en la materia, algo que realmente despertó el interés fue el enfoque Humanista, los cambios en el concepto de Activos Intangibles, en esos cuyo valor supera por mucho a la Activos Tangibles; hubo discusión, diálogo e intercambio de las formas de comprender la realidad.

Durante las horas del curso se privilegiaron los Derechos Humanos, tuvimos un acercamiento a lo más profundos elementos de la Dignidad Humana y una profunda reflexión de los últimos objetivos de una empresa.

Ya para el final del curso se presentó el Director de Recursos Humanos quien se sentía poseedor de la verdad y algo más, después de escuchar las conclusiones del curso en cuanto a su ideología, sentenció con una voz donde no cabía la comprensión…

“Ustedes son pagados por la empresa, así que deben obedecer lo que la misma les dicte”, “el que paga manda”, con esas palabras hasta yo, que no era empleado ni ejecutivo, me sentí amenazado y despedido sin oportunidad de nada.

En realidad, la empresa no dictaba nada, la empresa es un ser impersonal, tal vez se representa por un grupo de altos directivos con una visión limitada hacia las utilidades para quedar “bien” con los socios y hacer más rico al rico y seguramente con el dinero, sin importar otro tema, Responsabilidad Social ¿a quién?

Me sentí frustrado, tantas horas de preparación y ejecución para ser desmanteladas por una simple orden dictatorial ejercida desde un poder absurdo.

Meses después en la posición de consultor tuve la oportunidad de conocer a varios de los accionistas de esa empresa y comprendí que la actitud de su Director de Recursos Humanos no la compartían los inversionistas quienes por lo general piensan en el futuro, les importa la supervivencia y trascendencia de la empresa y en un último análisis los rendimientos son para sobrevivir, el fin social tiene una mejor perspectiva, trascender a su época.

¿Dónde se rompió el encanto de hacer negocios? No lo sabemos. En palabras de Konosuke Matsushita diría: “los negocios son una responsabilidad que la sociedad nos confía” No puede ser que un ineficiente ejecutivo que pretende llenar con dinero el bolsillo de los accionistas y de él no considere un equilibrio social y económico. Por cierto la empresa ya no tiene ese mal directivo.

El poder mal ejercido es nefasto para la sociedad.

Ver Trayectoria Profesional

Compartir Artílculo:
  • 1339 Visitas
  • VER TODAS LAS PUBLICACIONES

    Deja un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *